Tras haber firmado miles de autógrafos en un sólo día, Farruko lo tenía claro: finalmente se ha convertido en el artista consolidado que buscaba ser. Desde primera hora y motivado por la grabación de un programa especial con el canal musical Ritmoson Latino, el cantante boricua llegó al emblemático barrio de Tepito ubicado en el corazón de la ciudad dispuesto a todo.

Ahí frente a sus ojos se levantaban filas repletas de gente a los que sin importar la lluvia torrencial aguardaban impacientes por una firma o una foto. Este hecho marca también algo inédito dentro de las anécdotas citadinas, pues nunca había acudido un artista extranjero a firmar autógrafos en el considerado punto neurálgico de la producción de discos apócrifos en el país.

Con discos, camisetas, pósters y toda la memorabilia del artista, los jóvenes desfilaron frente al boricua para refrendarle su admiración y respeto y, por supuesto, convivir de cerca con quien ha terminado por convertirse en un ícono popular con el que se identifican miles de jóvenes, tanto en la indumentaria, como en las ideas.